PRENSA
28/10/2021
La falta de visión no es un obstáculo para él. Ya ha subido el Aneto y el Mont Blanc. En el futuro, le gustaría subir un ochomil
La montaña siempre ha sido su pasión. Cuando era niño, Gerard Descarrega hacía largas excursiones con su padre. "Con 10 años me podía pasar 12 horas caminando por ella sin problema", recuerda el bicampeón paralímpico de 400 metros (Río 2016 y Tokio 2020). Cuando tenía 4, le habían diagnosticado una retinosis pigmentaria que, con los años, le fue haciendo perder visión hasta quedarse ciego total. "Para mí, una de las mejores sensaciones que puedo tener es estar en una montaña o en un bosque y respirar, escuchar lo que me rodea. Mucha gente no lo entiende pero, aunque no vea, la montaña para mí es una vía de escape que me produce felicidad", explica.
La pandemia le hizo darse cuenta de que hay que vivir el momento y disfrutar de lo que a uno le gusta, por eso empezó a compaginar el atletismo con la montaña. Y así nació su proyecto Cumbres a ciegas. "Están muy bien las frases positivas de Mr. Wonderful, pero esto es un proyecto real en el que una persona ciega busca sus límites en la montaña. Iremos subiendo varias, cada vez más altas. En el futuro, quiero ser un alpinista de verdad y ver hasta dónde puedo llegar. Quiero hacer un ochomil, no sé si el Everest o algún otro que no haya subido un ciego", explica. "Sería la guinda del proyecto dentro de unos años porque lo quiero hacer sin oxígeno artificial y sin que me lleven la mochila. Y hay que prepararse", añade.
Para mí, la montaña es una vía de escape que me produce felicidad
Ya ha subido el Aneto (3.404 m.) y a la vuelta de los Juegos de Tokio, el Mont Blanc, la cima más alta de los Alpes y de la Unión Europea (4.810 m). En ambas ocasiones acompañado por el alpinista Óscar Cadiach y por su gran amigo y compañero de aventuras Xisco López, "quien más me ha ayudado a no estar limitado por la ceguera", reconoce.
Soy una persona ciega que busca sus límites en la montaña
Enlace: marca.com